domingo, 7 de enero de 2007

Debo condenar y condeno...
























Hay condenas mas salvajes,

pero, posiblemente, ninguna

iguala a la de SER CONDENADO A

LA INDIFERENCIA
























Curiosamente se lucha por curar a los enfermos, mientras a los otros se envían a matarse y a morir en las guerras.


























Cambian los tiempos,

sus creencias y religiones,

pero, curiosamente,

jamás el dinero ha esclavizado tanto al hombre.


























El Estado ha extendido tanto sus tentáculos,
que la individualidad se está quedando en una mera especulación








































































































































































































































































































































































No hay comentarios: